La Organización de Estados Americanos ha aprobado una resolución expresando su "solidaridad" y "su respaldo al Gobierno de Ecuador" en sudisputa diplomática con el Reino Unido. La resolución salió adelante con el rechazo de Canadá y las reservas de Estados Unidos, cuyo representante lamentó debatir "sobre una amenaza que no existe" en lugar de emplear el tiempo en "debates más relevantes" como "la libertad de expresión" o "la erradicación de la pobreza".
La resolución aprobada por la OEA expresa su respaldo a Ecuador y rechaza "cualquier intento que ponga en peligro la inviolabilidad de sus misiones diplomáticas". Recuerda también los principios por los que se rigen las relaciones entre los estados e insta a los gobiernos de Ecuador y el Reino Unido a continuar con "un diálogo de acuerdocon el Derecho Internacional".
La OEA había accedido a examinar la disputa diplomática entre Ecuador y el Reino Unido en una reunión extraordinaria de los ministros de Exteriores de la institución. Sólo un tercio estuvo presente en su sede de Washington. Pero eso no fue un obstáculo para el Gobierno ecuatoriano, que aprovechó el encuentro para censurar a las autoridades británicas y recibir el respaldo de la mayoría de los gobiernos del hemisferio occidental.
'Nosotros tenemos la razón y otros la fuerza'
"Nosotros no nos arredramos", proclamó antes del final de su intervención el ministro ecuatoriano Ricardo Patiño, "no nos atemorizamos porque la razón no pide la fuerza. Nosotros tenemos la razón y otros tienen la fuerza y esa fuerza será combatida con la razón y por la solidaridad de muchos otros países".
La reunión se extendió durante unas cinco horas y se suspendió unos minutos en los prolegómenos de la votación de la resolución final. Antes se pronunciaron los representantes de todos los países miembros y los portavoces de Suecia y el Reino Unido, que pidieron la palabra para subrayar sus posiciones sobre la disputa en torno al caso de Julian Assange.
Las conversaciones giraron en torno a la presunta "amenaza" del Reino Unido de sacar por la fuerza al prófugo australiano de la embajada de Ecuador en Londres. El ministro Patiño condenó la actuación de las autoridades británicas y agradeció la solidaridad de los países vecinos. Luego hizo un repaso por los orígenes históricos del asilo remontándose a la Grecia clásica y comparando la situación de Assange con la de los judíos rescatados del Holocausto por el cónsul uruguayo de Hamburgo y con la de los españoles que buscaron refugio en las embajadas latinoamericanas en los últimos días de la Guerra Civil.
Los representantes del Reino Unido y Suecia rechazaron el lenguaje del ministro de Exteriores de Ecuador. El portavoz británico recordó que este asunto gira "sólo en torno a los cargos que pesan sobre Assange" y recordó que el australiano había agotado sus recursos ante la Justicia británica antes de violar las condiciones de su libertad refugiándose en la embajada de Ecuador.
La representante sueca subrayó que la legislación del país nórdico "no permite extraditar a nadie a un país donde corra el riesgo de afrontar la pena de muerte".
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